Tal día como hoy se celebra uno de las festividades más especiales y singulares del año, "El día del Orgullo Friki", una celebración injustamente olvidada a favor de otras con cabalgatas más lustrosas y menos ropa, por ejemplo, "El día del Orgullo Gay" o "El día de la Indepencia", en esta última, se celebra la victoria de Will Smith y Jeff Goldblum sobre los invasores extraterrestres (la firma de la Declaración de Indepencia americana en 1776 sólo fue una tapadera para callar a los que acusaban de ser ficticio al "documental" de Roland Emmerich que reconstruye esta parte verídica de nuestro pasado histórico).
Esta fiesta nacional anual que se lleva celebrando "X" años (siendo "X" una variable, el "prefijo" de varios grupos de héroes de la Marvel, y la señal que "marca el lugar" -según dice nuestro arqueólogo favorito-) conmemora el momento en el que Galactus, el devorador de mundos, abrumado por la acogida que cientos de personas (conocidos como "fans", "freaks" o despectiva-fonéticamente llamados "frikis") decidió devorar sólo una parte del planeta Tierra en su infinita bondad. A esa parte del planeta Tierra la llamábamos..."Mundo salvaje". Después, se rebautizaría como "Australia".
Año tras año, aguardando la segunda venida de Galactus, o de su heraldo Estela Plateada, y temiendo que "El devorador de mundos" cambie de opinión para aniquilar finalmente la raza humana, los descendientes de aquellas personas (si alguna vez hubo oportunidad de que se hubiera podido producir el coito sexual entre ellos para poder reproducirse y perpetuarse en la historia) esperan temerosos que vuelva, y para ello, se arman con sus mejores armas de plástico, trajes de superhéroes ya olvidados y puño en alto exclaman cualquier antiguo grito de guerra que atemorice a Galactus. "¡Por el poder de Greyskull!", gritan unos; "¡Llamas a mí!", exclaman otros; "¡Thunder! ¡Thunder!¡Thundercats!", añaden algunos; "¡Por las bragas de Rosita!", concluyen los últimos.
Así, un nuevo año, estos "elegidos", estos "campeones de la Fuerza", nos mantienen a salvo del mal, encarnado en tantas figuras de plástico y poliestiereno.
Qué la fuerza os acompañe...
Esta fiesta nacional anual que se lleva celebrando "X" años (siendo "X" una variable, el "prefijo" de varios grupos de héroes de la Marvel, y la señal que "marca el lugar" -según dice nuestro arqueólogo favorito-) conmemora el momento en el que Galactus, el devorador de mundos, abrumado por la acogida que cientos de personas (conocidos como "fans", "freaks" o despectiva-fonéticamente llamados "frikis") decidió devorar sólo una parte del planeta Tierra en su infinita bondad. A esa parte del planeta Tierra la llamábamos..."Mundo salvaje". Después, se rebautizaría como "Australia".
Año tras año, aguardando la segunda venida de Galactus, o de su heraldo Estela Plateada, y temiendo que "El devorador de mundos" cambie de opinión para aniquilar finalmente la raza humana, los descendientes de aquellas personas (si alguna vez hubo oportunidad de que se hubiera podido producir el coito sexual entre ellos para poder reproducirse y perpetuarse en la historia) esperan temerosos que vuelva, y para ello, se arman con sus mejores armas de plástico, trajes de superhéroes ya olvidados y puño en alto exclaman cualquier antiguo grito de guerra que atemorice a Galactus. "¡Por el poder de Greyskull!", gritan unos; "¡Llamas a mí!", exclaman otros; "¡Thunder! ¡Thunder!¡Thundercats!", añaden algunos; "¡Por las bragas de Rosita!", concluyen los últimos.
Así, un nuevo año, estos "elegidos", estos "campeones de la Fuerza", nos mantienen a salvo del mal, encarnado en tantas figuras de plástico y poliestiereno.
Qué la fuerza os acompañe...
3 comentarios:
Muy buena Nacho, me ha gustado mucho la entrada, muy ingeniosa, Viva el día del orgullo friki!!
Muy buena Nacho, me ha gustado mucho la entrada, muy ingeniosa, Viva el día del orgullo friki!!
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