De nuevo un año más amanezco a escasos días de partir a Sitges, hacia ese extraño y peculiar Festival de Cine Fantástico y de Terror del que ya me veo como "buque insignia". El arte de
cortar entradas es como el buen kung fu.Vengo con los dolores de piernas, espalda y de ojos que me ha dejado el Festival de San Sebastián. Otra excusa para mi repentina desaparición (esto de recorrer mundo mata por dentro...normal que David "Bruce/Hulk" Banner hiciera autostop siempre). En esta agonía física y mental de tener que soportar películas en las que (siendo secos como el café sólo y negros como sus posos) "he tenido que aguantar personas andando hacia ningún sitio durante dos horas y media", la ciudad me deja con un agradable sabor de boca: ver 'Inglorius Basterds', disfrutar de sorpresas como 'Yo, También' o 'Daniel y Ana', echar de menos su loco clima, y, en especial, pinturrajear tarjetas del jurado joven por una buena, agradable, interesante y bella razón.
Ahora, rehago la maleta para ir a Cataluña, otra de esas porciones de España en la que mis dos idiomas preferidos (normal y con tacos) no sirven de nada. El aniversario de 'Alien', la estela de 'Cazafantasmas' y Malcom McDowell nos esperan. Os veo en las puertas del Auditori entre el día 31 de septiembre y el 12 de octubre...pero esta vez...¡Yo tengo el poder! (Ahora la silla de mi escritorio debería convertirse en un tigre superanfetaminado de color verde).
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