'Death Proof', un orgasmo cinematográfico

Si a principios del mes de agosto hablábamos del estreno de 'Planet Terror', primera parte de la sesión doble 'Grindhouse' y dirigida por Robert Rodríguez, dos días después del estreno un servidor ha podido disfrutar de la segunda parte. Exacto, os hablo de la magnífica 'Death Proof'.

Al contrario que en la crítica de la anterior, en la que hubo tiempo suficiente para explicar antecedentes, reparto y circunstancias de la dirección de tan original proyecto (aún sigo y seguiré defendiendo la cinta de Rodríguez, aunque muchos críticos ya la hayan calificado de "insulto al público"), con 'Death Proof' habría que limitarse a ensalzarla, y no intentar distraer al lector de esta humilde crítica con nombres y anécdotas que, ahora, no vienen al caso.
El director Quentin Tarantino es actualmente uno de los pocos directores (si no el único) que se "autohomenajea" a sí mismo, o al menos en lo que respecta a sus dos películas más conocidas, hablamos de 'Pulp Fiction' y 'Kill Vill' (vol.1 y vol.2). Viendo 'Death Proof' es imposible no encontrar y distinguir múltiples, y por otro lado constantes, referencias a situaciones, personajes y diálogos de las dos películas antes mencionadas; este rasgo acaba por convertirse en un disfrute para los fanáticos de Tarantino, ya que muchos acabaremos por señalar incredulamente a la pantalla diciendo "Eso es de...".
La segunda parte de 'Grindhouse', esa idea tan injustamente tratada y/o boicoteada en España, brilla por su sencillez. A diferencia de su hermana,me refiero por supuesto a 'Planet Terror', la cual estaba caracteriza, muy a pesar mío, por una dirección frenética y a veces caótica, el trabajo de Tarantino se sirve más de la tensión, una tensión que ya era palpable en su opera prima 'Reservoir dogs', a la que incluso le "dedica" otro peculiar desayuno como guiño.
La afición por lar armas, los coches (modelos antiguos en este caso) y el mundo del cine, vuelven a ser otra vez el leitmotiv de Tarantino, y siguiendo con la tónica de 'Planet Terror', 'Death Proof' continúa homenajeando al cine de los 70 y del género blaxpotation (en cierto modo claro está), usando efectos como el fundido radical en negro, el filtro de suciedad o el uso del blanco y negro tradicional para continuar con una escena casi de forma casual.
El reparto vuelve a ser otro de los aspectos más destacados, y las actrices vuelven a tomar el rol principal. La cara más conocida del reparto femenino es, en este caso, Rosario Dawson, a la que pudimos ver ya en la adaptación del cómic 'Sin city' a la gran pantalla, y recientemente bajo las órdenes de Kevin Smith en la comedia 'Clerks 2'. No en vano, Tarantino ya coincidió con ella al colaborar, por un dólar, en 'Sin City' junto a Rodríguez, y Kevin Smith, gran amigo de Tarantino, pudo presentarla más formalmente al director durante el rodaje de 'Clerks 2'. Una buena elección entre todas las bellas actrices que participan, algunas incluso repitiendo desde 'Planet Terror'.
Por otro lado, está el "único" protagonista masculino, un Kurt Rusell en plenas facultades que parece disfrutar como un niño de sus escenas, y que llega a ser tan inquietante como su querido coche.
Clásicos del cine de conducción de los setenta como 'Vanishing point' (en la película mencionada como 'Punto límite cero') o 'Los locos de Cannon Ball' tienen en 'Death Proof' su presente y futuro, una película que hace recordar esas anticuallas pero no añorarlas, porque el trabajo de Tarantino deslumbra y luce por todos lados, desde créditos iniciales a finales.