El “montaje de atracciones”
Remitiéndonos al
“origen del montaje”,
Jean Luc Godard, en una entrevista de 1973, ya versó sobre su posible nacimiento: “Vertov fue eclipsado por Eisenstein. Por momentos, Eisenstein creyó ser el inventor del montaje, cuando en realidad lo que estaba inventando eran ángulos de cámara y al mismo tiempo, Vertov estaba inventando la edición (…) Ellos crearon todo esto pues tenían en común las revueltas sociales tras la revolución rusa, (…) pero siempre negaron la importancia del otro. Hoy nos damos cuenta que en realidad estos dos tipos eran como las dos manos de un mismo cuerpo, pero el cuerpo no funcionó y las manos nunca trabajaron en conjunto.” Dos tipos de los que nadie se acuerda, pero que como siempre hay que citar siempre que se haga un ensayo crítico sobre el tema.
La técnica de “acoplar hechos”, también conocido como el
“montaje de atracciones”, fue perfeccionada por
Sergei Mikhaillovich Eisenstein (¿a alguien le suena una tal 'Iván el Terrible'). El director ruso consideraba este acoplamiento de imágenes como el método más importante en la construcción de una película, muy por encima de la puesta en escena o el ángulo de la cámara. Sus innovaciones técnicas, y el salto teórico que provocaron las mismas sobre e
l montaje, llevan sirviendo de inspiración durante más de ochenta años para muchos cineastas actuales, al mismo tiempo, que punto de referencia para el estudio.
Eisenstein, cuya foto encabeza la entrada, fue consciente respecto a la infinidad de posibilidades técnicas que le ofrecía el montaje. El verdadero significado del orden sucesivo de varios planos, comenzando por un “plano A”, radica en gran medida en su encadenamiento con el “plano B” y en el efecto de shock que producirá esa conexión. A partir de las teorías de Eisenstein se comenzó a incluir al montaje como parte esencial del lenguaje cinematográfico, sólo hay que ver el excelente trabajo de edición y montaje de 'El Acorazado Potemkin' (1925) para comprobar que sus conjeturas son, efectivamente, ciertas.
Reflexión sobre el montaje:El montaje ha sido determinante para el desarrollo del lenguaje audiovisual. Hasta que se perfeccionó ese arte, las películas aspiraban únicamente a ser una simple demostración de sucesos, pero con el desarrollo de la técnica, éstas se han convertido más bien en una tendenciosa selección y ordenación de escenas. Es comprensible que los cineastas recurran a la edición y al proceso de montaje, cuando han decidido como montar la historia, qué contar, a dónde y a qué público llegar.
Los directores le deben al montaje haber echo cobrar vida a muchas de sus películas, sin embargo, la tarea del montador se ha visto teñida de anonimato en los últimos años, en gran parte, debido a que lo que antes se trataba de un “trabajo extra” de los directores ha pasado a convertirse en una tarea llevada a cabo por otro gremio de especialistas.
Aún con la división del trabajo cinematográfico, directores como Martin Scorsese siguen involucrándose de forma personal a la hora de articular sus películas. Scorsese ha sido siempre un perfeccionista, que filma casi apegado a lo que ya preparó y los storyboards, y la misma Thelma Schoonmaker (ganadora de 3 premios de la Academia por las ediciones de 'Toro Salvaje',' Infiltrados' y 'El Aviador') afirma siempre que “Marty dirige todo a la perfección”.
Podría decirse que siendo muchas veces el director el propio editor de la película, el trabajo del montador sea prescindible. Pero el ejemplo expuesto con Scorsese, es ya una rareza resultado de una generación irremplazable de directores apasionados por todas y cada una de las facetas del cine.
Ahora, editor, asistente de edición o montador (en la diferente nomenclatura que se pueda utilizar para valorar su trabajo en la creación de una película) hace mucho más que sugerir, y ergo se le debe dar el mismo o mayor crédito que el que se le da en ocasiones al director.
¡Y no he dicho nada de
'Cinema Paradiso'! Dios me pille confesado.