jueves, 20 de noviembre de 2008

007: Cuenta atrás (IV)

"Martinis, chicas y armas"

Incluso los martinis más famosos de la historia eran los que tomaba el señor Bond, James Bond.

"Tres partes de Gordon, una de vodka, media medida de Kina Lillet, mezclado, no agitado, con hielo y con una filigrana de limón"
Nadie los ha bebido con mayor galantería. Y casi siempre para conquistar a nueva dama, con cada sorbo. Qué interesantes han sido las mujeres que aparecían en sus aventuras. Y qué tránquilas e insulsas si no hubieran estado.
Pero mi interés sigue siendo no tanto la caricatura de la mujer que se hizo en ocasiones, chicas ingenuas a salvar y con curvas que recorrer, como son la fuerza, el carácter y la belleza única que todas ellas han dado a la imagen de "chica Bond".
Unas eran demasiado buenas, casi servían únicamente para la conqui
sta, mientras que otras casi se presentaban como el reflejo femenino (por lo sensual y no pocas veces mortal) de la masculinidad de Bond.
Es entendible acusar a Ian Fleming, su creador, de cierta prepotencia y machismo a la hora de describir a "sus mujeres". No lo dudo. Tampoco lo niego. Pero ha habido más sarcasmo en calificar a Bond, que a sus compañeras. Más que calificarle, se le descalificaba. Se le convertía en un cerdo misógino, incapaz de amar, un abocado conquistador que disfruta del cortejo.
Au contraire de lo que pudiera parecer, las "chicas Bond", aunque suelo referirme
a ellas por educación como "mujeres Bond", son más fuertes que el agente inglés. Alguien dirá: "¿Fuertes? Si precisamente caen ante los evidentes encantos de James". "Precisamente", si se me diera ese argumento, uno defendería que es justamente lo contrario. James, por norma general, suele ser el que se acerca a ellas, el que las anhela, las odia tanto como las desea. Bond ha amado una vez, a una tal Vesper. Y su siguiente amorío, que acabó en matrimonio, no terminó muy bien (tampoco lo hizo la trayectoria del Bond que se casó en la ficción, George Lazenby). Desde entonces, hay un cierto rencor en el corazón del agente inglés. "La zorra ha muerto", nos dice al final de la novela 'Casino Royale'. O puede que sea una pose más, una coraza que apunta a resquebrajarse.
El feminismo ha perseguido durante años la imagen de las "chicas Bond". Irónicamente, han sido las mujeres que interpretaron esos papeles las que han salido a su defensa. Las/os feministas hablan de un "estereotipo negativo" con el que han convencido al mundo o que el mundo se ha empeñado en ver.
Las segundas lecturas suelen apuntar muy bajo y buscan hacer
daño. Quizá no hayan sabido ver la "intelegencia sensual" de cada una de ellas. Valores como la fidelidad y la valentía. Dentro de la galería de personajes desquiciados, villanos y no tan villanos, ellas (fueran las "malas" o fueran las "buenas") han resultado ser las más dignas...y las más bellas.
Podríamos hablar horas sobre ellas, sobre cada una en especial y sobre ninguna en particular. Pero vamos a limitarnos a retratar a la primera y la que hasta hace dos años fue la última. Dos personajes muy diferentes, dos modelos de mujer, dos chicas Bond. Ojalá pudieramos hablar de todas ellas...han sido tantas las que nos han robado el corazón, desde Rusia (con amor) hasta quién sabe dónde.



Y para defenderse de ellas si hicera falta...la Walther PPK.
No merece la pena hablar de los mil y un gadgets de la saga Bond (que se podría), cuando se puede
mostrar el arma que ya es una extensión de su brazo.


Y que no digan que es un modelo anticuado...

1 comentario:

Freud-Seraphin Stanlake dijo...

- ¿Qué chica te gusta más? ¿Ursula Andress o Eva Green?
- ¿A quién quieres más? ¿A papá o a mamá?