miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Qué malo de la saga Bond eres?


Descubre el malvado que llevas dentro... Cortesía de Swatch y su fantástica colección de relojes inspirados en villanos de las películas de 007.

Quiet Riot-Bang Your Head

Una actualización rápida para uno de esos días en los que sólo se te ocurre pensar: "¿Qué pasaría si me taladrara la cabeza con un martillo percutor?". Para ideas como esa, 'Bang Your Head', de los grandes, Quiet Riot.

viernes, 21 de noviembre de 2008

'The Wrestler', Rourke y Aronofsky

"Witness the resurrection of Mickey Rourke."
-Newsweek ~David Ansen



Sencillamente, magnífica. Se cuentan los días para poder verla.

jueves, 20 de noviembre de 2008

007: Cuenta atrás (IV)

"Martinis, chicas y armas"

Incluso los martinis más famosos de la historia eran los que tomaba el señor Bond, James Bond.

"Tres partes de Gordon, una de vodka, media medida de Kina Lillet, mezclado, no agitado, con hielo y con una filigrana de limón"
Nadie los ha bebido con mayor galantería. Y casi siempre para conquistar a nueva dama, con cada sorbo. Qué interesantes han sido las mujeres que aparecían en sus aventuras. Y qué tránquilas e insulsas si no hubieran estado.
Pero mi interés sigue siendo no tanto la caricatura de la mujer que se hizo en ocasiones, chicas ingenuas a salvar y con curvas que recorrer, como son la fuerza, el carácter y la belleza única que todas ellas han dado a la imagen de "chica Bond".
Unas eran demasiado buenas, casi servían únicamente para la conqui
sta, mientras que otras casi se presentaban como el reflejo femenino (por lo sensual y no pocas veces mortal) de la masculinidad de Bond.
Es entendible acusar a Ian Fleming, su creador, de cierta prepotencia y machismo a la hora de describir a "sus mujeres". No lo dudo. Tampoco lo niego. Pero ha habido más sarcasmo en calificar a Bond, que a sus compañeras. Más que calificarle, se le descalificaba. Se le convertía en un cerdo misógino, incapaz de amar, un abocado conquistador que disfruta del cortejo.
Au contraire de lo que pudiera parecer, las "chicas Bond", aunque suelo referirme
a ellas por educación como "mujeres Bond", son más fuertes que el agente inglés. Alguien dirá: "¿Fuertes? Si precisamente caen ante los evidentes encantos de James". "Precisamente", si se me diera ese argumento, uno defendería que es justamente lo contrario. James, por norma general, suele ser el que se acerca a ellas, el que las anhela, las odia tanto como las desea. Bond ha amado una vez, a una tal Vesper. Y su siguiente amorío, que acabó en matrimonio, no terminó muy bien (tampoco lo hizo la trayectoria del Bond que se casó en la ficción, George Lazenby). Desde entonces, hay un cierto rencor en el corazón del agente inglés. "La zorra ha muerto", nos dice al final de la novela 'Casino Royale'. O puede que sea una pose más, una coraza que apunta a resquebrajarse.
El feminismo ha perseguido durante años la imagen de las "chicas Bond". Irónicamente, han sido las mujeres que interpretaron esos papeles las que han salido a su defensa. Las/os feministas hablan de un "estereotipo negativo" con el que han convencido al mundo o que el mundo se ha empeñado en ver.
Las segundas lecturas suelen apuntar muy bajo y buscan hacer
daño. Quizá no hayan sabido ver la "intelegencia sensual" de cada una de ellas. Valores como la fidelidad y la valentía. Dentro de la galería de personajes desquiciados, villanos y no tan villanos, ellas (fueran las "malas" o fueran las "buenas") han resultado ser las más dignas...y las más bellas.
Podríamos hablar horas sobre ellas, sobre cada una en especial y sobre ninguna en particular. Pero vamos a limitarnos a retratar a la primera y la que hasta hace dos años fue la última. Dos personajes muy diferentes, dos modelos de mujer, dos chicas Bond. Ojalá pudieramos hablar de todas ellas...han sido tantas las que nos han robado el corazón, desde Rusia (con amor) hasta quién sabe dónde.



Y para defenderse de ellas si hicera falta...la Walther PPK.
No merece la pena hablar de los mil y un gadgets de la saga Bond (que se podría), cuando se puede
mostrar el arma que ya es una extensión de su brazo.


Y que no digan que es un modelo anticuado...

miércoles, 19 de noviembre de 2008

007: Cuenta atrás (III)

Uno de los primeros recuerdos que conservamos sobre la saga de Bond es aquella archiconocida imagen del "gun barrel", puede que (con diferencia) los créditos iniciales más originales de la historia del cine. Y que me perdone George Lucas por haber dicho tal blasfemia, pero la imagen de Timothy Dalton en 'Alta Tensión' (probablemente la primera película que viera del agente británico) disparando contra la pantalla del televisor aún me produce cierto escalofrío.
El "gun barrel", que mal y literalmente podríamos traducir como "tanque de lavado", y bien como "cañón de pistola", fue creada como secuencia inicial por el diseñador de títulos Maurice Binder. Binder disponía de apenas 20 minutos antes de que tuviera que presentar una propuesta a los productores para el que sería primer film del agente 007. La original idea surgió pegando al storyboard etiquetas de precios que simulaban agujeros de balas. Después, la escena en cuestión se convertiría en realidad en un estudio de miniaturas, utilizando una cámara sin lentes, un cartón y el cañón de una pistola del calibre 38.
La secuencia del "gun barrel" se ha mantenido como una constante, un rasgo distintivo, una imagen de marca si lo prefieren. Nos presenta un punto blanco sobre fondo negro que atraviesa la pantalla de izquierda a derecha. James Bond aparece cruzando la pantalla desde la derecha y disparando al espectador justo cuando llega al centro.
Bond llega andando, frío, calculador. Cuando aparece por primera vez en pantalla ya sabes que trama algo, que no va a dejarse matar tan rápido. Entonces, Bond dispara al espectador. Le dice: "Quieres ser como yo, pero no puedes. Quieres caminar como yo. Quieres disparar como yo. Enamorar como yo". Nos fulima y ya en el suelo nos susurra: "¿Creías que podías reemplazarme? Deberías haber escondido la mano."
Ahora la escena es más risoria que otra cosa. Causa tan poca impresión como uno de esos fantasmas que cierto programa nocturno se empeña en descubrirnos.
Vivir y dejar vivir son soluciones imaginarias. Uno de los dos muere y, como siempre, es el que se encuentra al otro lado de la pistola.
La secuencia se ha ido apartando de su predesora. Todo empezó con un Sean Connery luciendo un peculiar sombrero y arrodillándose. Hace unos años, Daniel Craig nos disparaba por "primera vez", con el cuello de la camisa abierta, más surcos de los habituales en el cañón de la pistola y la sangre derramándose esta vez en 3-D. Y a lo lejos, el rostro poco definido de un cambiante Bond.


Tan tan tan tan...

lunes, 17 de noviembre de 2008

007: Cuenta atrás (II)

Si algo ha definido a Bond, ha sido su música. Las películas del agente 007 nos entran primero por el oído.
Ha habido muchos: Tom Jones, Duran Duran, A-Ha...Pero la voz femenina siempre ha sido la favorita. Sin menospreciar el resto, es díficil quedarse con una entre todas las grandes canciones que han aparecido a lo largo de estos 40 años.
Si algo llama también la atención, son al menos las originales puestas en escena para todos y cada uno de los créditos iniciales. No hace falta decir que ya es un sello de la marca las clásicas y sinuosas formas de chicas con las que ya nos tienen acostumbrados (que nadie se vaya ahora a indignar pensando que las "mujeres Bond" -que no chicas- aparecen como "objeto", ya habrá tiempo de discutirlo). Caigan o no muchas veces en lo efectivo, cada una suele ser diferente y única.
Ahora atendiendo más al sentimiento y a la nostalgia, que al criterio musical, uno se ha permitido pensar cuáles serían esas cinco (ya sea músicas o presentaciones) con las que se quedaría, aquellas con las que mejor se define la esencia de un personaje tan carismático como lo es el Sr. Bond.

5. Paul McCartney & The Wings-Live and Let Die ("Vive y deja morir", 1973)



4. Sheena Easton-For your eyes only ("Sólo para sus ojos", 1981)



3. Gladys Knight-License to Kill ("Licencia para matar", 1989)




2. Tina Turner-Goldeneye ("GoldenEye", 1995)



Sería arriesgado desvelar cuál es la que, a opinión personal, podemos considerar la entrada musical que mejor ha definido al personaje literario y cinematográfico. El cantante del ya desaparecido grupo Audioslave ponía música al tema que abriría una nueva época, una de reinvención que no se alejara tanto hacia derroteros histriónicos y americanizados, y que volviera a la esencia del personaje que creara Fleming allá por 1952.
Chris Cornell compone e interpreta el tema de 'Casino Royale', 'You Know My Name'. Lo dicho, ya sabéis su nombre.

1. Chris Cornell-You Know my Name ("Casino Royale", 2006)



Y el día anterior...

domingo, 16 de noviembre de 2008

007: Cuenta atrás (I)

Si hablamos de James Bond, ya casi de una forma automática pensamos en esa inmortal y tantas veces recurrente frase de "Me llamo Bond, James Bond". Nos sale casi con el aire galante de Sean Connery, pero la pronunciamos con el tono sarcástico de Roger Moore. Apenas sin darnos cuenta homenajeamos diferentes facetas de un mismo Bond, un personaje que puede presumir de haber tenido más de una cara, cada una diferente, y seguir siendo en definitiva el mismo.
Bond lleva en nuestras vidas, como bien se suele decir en estos casos a modo de falso panegírico, más de 40 años. Como la misma vida, las películas de Bond pasan por delante de nuestros ojos. Desde el hipnótico contoneo de Ursula Andress en playas lejanas, hasta los penetrantes y marinos ojos de Eva Green clavados en un Bond al que dice "Soy el dinero". James, por supuesto, le responde con esa pequeña perla con la que todo hombre recompensaría ver rostros así: "Cada penique".
El escritor británico Ian Fleming se despedía de su "soltería" con la primera novela del agente 007, 'Casino Royale'. Ahora Ian Fleming tendría sus "elegantes" 100 años. Y es que, si Bond fue el alterego de un Ian Fleming que veía cada vez más lejos sus años de "soltero empedernido", también lo es de el hombre moderno. En lo más profundo de nuesto ser o de nuestro subconsciente (si creen en eso y en demás tonterías de Sigmund Freud), todos querríamos ser como el agente secreto. Sería eso que los redactores de Rolling Stone suelen escribir cuando hablan de una nueva promesa de la música: "Los hombres quieren ser como él, y las mujeres creen que pueden cambiarlo". Tampoco creo que añoremos ser como el personaje, pero si su mundo, sus valores. Bond vive en un mundo curioso, un mundo en el que como apuntó Sprage de Camp al hablar sobre Conan, todos los hombres son colosos y todas las mujeres hermosas. Y la vida es siempre una aventura y los problemas sencillos.
Sería dudar sobre la cultura popular si fuera necesario a estas alturas explicar quién es 007 o quién Ian Fleming. James, ese modelo a seguir del M16, al servicio de su majestad y con licencia para matar, una "reliquia de la Guerra Fría" (como le echa en cara una femenina M en 'Goldeneye') es un personaje que se ha ido revitalizando con el tiempo, y que sin posibilidad de discusión, se ha convertido en el protagonista de la saga más larga de la historia del cine.
Bond, James Bond, ha tenido muchos ojos. Pocas veces un nombre ha necesitado menos presentación, y eso que se trata de un espía. Bond y sus misiones, como los diamantes de cierta película suya, son para la eternidad.


¿Cuenta atrás? ¿De qué?

lunes, 10 de noviembre de 2008

La lista negra de Angela Lansbury

Detrás del entrañable rostro de Angela Lansbury se oculta una auténtica mente criminal, ¿cómo si no podría ayudar a la policía en resolver los intrincados casos y crímenes varios sin resolver?
A finales de 2007 el departamento de policía de Irlanda del Norte encontró varios documentos ocultos en la librería personal de la señora Lansbury. Algunos hacían referencia a posibles proyectos descartados por la actriz: obras de teatro, películas, teleseries... Tras horas de meticulosa catalogación encontraron entre los cientos de páginas una inquietante libreta de color azul. La libreta contenía una extensa lista de nombres, muchos de los cuales se referían a personajes de la esfera pública actual y pasada. La pregunta que pretendemos desvelar queda en el aire. ¿Angela Lansbury tenía una lista negra? ¿Quiénes estaban en ella?
¿Dónde está Angela Lansbury ahora? Varios afirman haberla visto, retirada en su pequeña e íntima casa a las afueras de Gales. Puede que nunca lleguemos a saberlo. Sabe cómo funciona la policía, sabe cómo desaparecer...

Hace escasos días, llegó a nuestras manos un extraño paquete. El envoltorio estaba ajado. El papel marrón tenía varias manchas de dudosa procedencia. En el remite sólo figuraba una dirección medio emborronada. Sólo se podía llegar a leer una palabra: "Dublín".
Nada más abrir el paquete, se deslizaron unas hojas. Estaban mal grapadas y bastante arrugadas.
Al empezar a leer las pocas anotaciones que aparecían escritas, volvimos a consultar el paquete. Puede que hubiera alguna indicación o alguna modesta explicación sobre los folios que teníamos ahora en nuestro poder. No hizo falta buscar mucho. Había escrito un nombre, "Sr. Lansbury". Inmediatamente entendimos de qué se trataba. "La lista negra de Angela Lansbury...existe", susurramos por lo bajo.

En las siguientes semanas, iremos desvelando parte de ella.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Dosis de sabiduría (XXVI)

"Habría sido un terrorista, un psicópata o un asesino en serie. Las películas me han permitido vivir y ser feliz. Al menos intento compartir esa felicidad con los demás."
-Alex de la Iglesia.

jueves, 6 de noviembre de 2008

"I Know I Got a Bad Reputation"

Soy de esa clase de personas que les pone banda sonora a los paisajes y a los días. Freedy Johnston, 'Bad Reputation'.


Freedy Johnston - Bad Reputation - The most popular videos are a click away

"I know I got a bad reputation
and it isn't just talk, talk, talk
If I could only give you everything
You know I haven't got
I couldn't have one conversation
If it wasn't for the lies, lies, lies
And still I ought to
tell you everything
'till I close my eyes"

miércoles, 5 de noviembre de 2008

USA Believe In Barack Too

lunes, 3 de noviembre de 2008

El travelling es una cuestión moral (II)

Anteriormente en Geektorium...
Hablabamos hace unos días (con el lapso de tiempo sacrosanto propio del día de Halloween) del travelling. Es una pena que el tiempo haya ido justo como para actualizar con algo apropiado en esos días. Intentaremos volver a un ritmo normal de entradas y actividad en las siguientes semanas.
Volvamos al tema. Discutíamos sobre la participación cada vez más palpable de "lo técnico" en el mundo del cine.
La agradable sensación de dirigir un espectáculo inteligente, sin preocuparse tanto por las cuestiones técnicas, precedió al sin vivir en el que se encuentran los directores de ahora. El debate sobre si el travelling y otros se han convertido en un recurso más a elección del propio realizador (en el sentido de que puede hacer uso de él o prescindir por completo) o una imposición, ya sea por productoras o responsables, para distinguir el “verdadero cine” (esa definición que se tiene del cine actual como dinamismo, movimiento constante...en definitiva, convencionalismos y “comercialismos” más representativos que nunca de la industria de las palomitas) del cine de “autor”, un término que ya parece reservarse para el cine desfasado, independiente o barato, aquel que no gasta en travellings o que al menos no abusa de él.

¿Los directores de cine se cuestionan el travelling?

Sin duda, el travelling ha aportado algo más al cine. Además de acompañar al personaje, ha conseguido dotar de expresividad y dinamismo a muchas escenas que hubiesen sido imposibles de rodar o conseguir el mismo efecto con otro tipo de movimiento de cámara.
Ese movimiento de travelling (real o artificial), ya sea evidente el uso de cámara en mano o la utilización de raíles, ha aportado también importantes beneficios al cine. Secuencias de películas como Tal tal o tal cual, serían imposibles de imaginar fuera del marco visual y perspectiva que ofrece el travelling. Esas escenas, tal como las concibieron los directores en su cabeza, necesitaban de una movibilidad determinada, un movimiento que les permitiera desplazarse de la A a la B sin recurrir a jugar con el espectador.
Para representar lo que antes no permitía el travelling, la secuencia se convertía en una sucesión de escenas y encuadres que indicaban en primer lugar la dirección a la que el personaje se dirigía, dónde se encontraba, y por último qué pretendía con esa acción. Ahora todo parece más simple, más natural, el director sólo tiene que ponerse “steadycam en mano”, sobre su plataforma o silla (al más puro estilo Alfred Hitchcock presenta…) y después de elegir dónde colocar la estructura sobre la que se desplazara la cámara, dejarse “conducir” mientras graba.
Grandes nombres del cine como Stanley Kubrick, John Carpenter, Ridley Scott, Stuart Gordon, los hermanos Coen…han empleado en mayor o menor medida esta técnica en sus películas, y si ellos han decidido incorporar planos rodados con travelling, será porque beneficiaría a la secuencia, pero ahí esta la cuestión: sabían cuando utilizarla.
Se podría cubrir de elogios, o de desconcertante sabiduría, la frase de Godard, aunque puestos a quedarnos con alguna de este semidesconocido director, una que no genere confusión o ignorancia, que sea “Prefiero la verdad de la mentira que la mentira de la verdad”.