domingo, 16 de noviembre de 2008

007: Cuenta atrás (I)

Si hablamos de James Bond, ya casi de una forma automática pensamos en esa inmortal y tantas veces recurrente frase de "Me llamo Bond, James Bond". Nos sale casi con el aire galante de Sean Connery, pero la pronunciamos con el tono sarcástico de Roger Moore. Apenas sin darnos cuenta homenajeamos diferentes facetas de un mismo Bond, un personaje que puede presumir de haber tenido más de una cara, cada una diferente, y seguir siendo en definitiva el mismo.
Bond lleva en nuestras vidas, como bien se suele decir en estos casos a modo de falso panegírico, más de 40 años. Como la misma vida, las películas de Bond pasan por delante de nuestros ojos. Desde el hipnótico contoneo de Ursula Andress en playas lejanas, hasta los penetrantes y marinos ojos de Eva Green clavados en un Bond al que dice "Soy el dinero". James, por supuesto, le responde con esa pequeña perla con la que todo hombre recompensaría ver rostros así: "Cada penique".
El escritor británico Ian Fleming se despedía de su "soltería" con la primera novela del agente 007, 'Casino Royale'. Ahora Ian Fleming tendría sus "elegantes" 100 años. Y es que, si Bond fue el alterego de un Ian Fleming que veía cada vez más lejos sus años de "soltero empedernido", también lo es de el hombre moderno. En lo más profundo de nuesto ser o de nuestro subconsciente (si creen en eso y en demás tonterías de Sigmund Freud), todos querríamos ser como el agente secreto. Sería eso que los redactores de Rolling Stone suelen escribir cuando hablan de una nueva promesa de la música: "Los hombres quieren ser como él, y las mujeres creen que pueden cambiarlo". Tampoco creo que añoremos ser como el personaje, pero si su mundo, sus valores. Bond vive en un mundo curioso, un mundo en el que como apuntó Sprage de Camp al hablar sobre Conan, todos los hombres son colosos y todas las mujeres hermosas. Y la vida es siempre una aventura y los problemas sencillos.
Sería dudar sobre la cultura popular si fuera necesario a estas alturas explicar quién es 007 o quién Ian Fleming. James, ese modelo a seguir del M16, al servicio de su majestad y con licencia para matar, una "reliquia de la Guerra Fría" (como le echa en cara una femenina M en 'Goldeneye') es un personaje que se ha ido revitalizando con el tiempo, y que sin posibilidad de discusión, se ha convertido en el protagonista de la saga más larga de la historia del cine.
Bond, James Bond, ha tenido muchos ojos. Pocas veces un nombre ha necesitado menos presentación, y eso que se trata de un espía. Bond y sus misiones, como los diamantes de cierta película suya, son para la eternidad.


¿Cuenta atrás? ¿De qué?

1 comentario:

Freud-Seraphin Stanlake dijo...

Yo si puedo estaré en el estreno viendo a Creig y Kurylenko.

Me quedo con Craig, y apuesto por una presentación de Q en la tercera película.